miércoles, 25 de febrero de 2009

El cine de los Hermanos Coen

Los hermanos Joel y Ethan Coen pasan por ser los máximos y más populares exponentes del cine independiente estadounidense de los últimos 30 años. Su cine consigue atraer al gran público sin necesidad de seguir las directrices de Hollywood.

Las principales características técnicas de su cine son una cuidada estética y un minucioso uso de la cámara y el montaje. Una irónica y nada complaciente descripción de la América profunda es un elemento habitual en su filmografía, así como el retrato de personajes perdedores y siempre al filo de la navaja. Sus películas casi siempre se mueven entre la comedia y el cine negro, en muchas ocasiones mezclando con una gran originalidad ambos géneros.

Aunque parezca mentira, los Coen llevan ya 25 años realizando películas. Su debút en el largometraje se produjo en 1984 con “Sangre fácil”, una película de cine negro de bajo presupuesto, argumento no muy original pero con un tratamiento que no repetía del todo los esquemas habituales del género.

Su segunda película, la alocada y fallida “Arizona baby” (1987), coloca a los directores en el punto de mira del gran pública. La crítica se deshace en elogios con “Muerte entre las flores” (1990), magnífica recreación del cine negro de los años 40 en una de sus películas más brillantes.

Convertidos en cineastas de culto, consiguen la Palma de Oro en el Festival de Cannes de 1991 con la personalísima e inquietante “Barton Fink”, acerca de las vivencias paranoicas de un guionista en el Hollywood dorado.

En 1994 estrenan “El gran salto”, comedia con elementos del cine de Frank Cappra que dispuso de un presupuesto más amplio de lo habitual en su cine. La consagración total de su carrera tanto para la crítica como para el gran público llegó en 1996 con la excelente “Fargo”, mezcla de cine negro y comedia macabra que deslumbró a medio mundo.

Su éxito continuó con “El gran Lebowski” (1998), divertidísima comedia con elementos de cine negro a la que siguió “O brother” (2000), original adaptación en clave de divertida comedia de “La odisea” de Homero ambientada en el Mississippi de los años 30.

Con “El hombre que nunca estuvo allí” (2001) vuelven al cine negro puro, alejándose de la comedia y desarrollando una historia de crímenes y adulterios. Con la comedia “Crueldad intolerable” (2003), se acercan a un cine más accesible al gran público, cercano a las fórmulas comerciales de Hollywood, aunque sin olvidar su toque personal de humor negro.

“Ladykillers” (2004), divertidísimo remake de la comedia británica “El quinteto de la muerte” (1955), precede a “No es país para viejos” (2006), violenta, pesimista y brillante película de cine negro con la que los hermanos Coen entran en el reino de los grandes al hacerse, entre otros, con el Oscar a la mejor película. Con su último largometraje hasta la fecha, “Quemar después de leer” (2008), regresan a la comedia gamberra.

Convertidos en clásicos de plena actualidad, los hermanos Coen siguen desarrollando una siempre interesante -a veces genial- filmografía desde la independencia y suponen un oasis de originalidad y personalidad cinematográfica en el estandarizado y mercantilista cine moderno de Hollywood.

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